El teñido de nuestras fibras es un proceso completamente natural y respetuoso con el medio ambiente.
Todo empieza aquí, en la naturaleza.
El teñido es un ritual de paciencia y conexión; con insumos naturales y fuego lento, cada hebra va absorbiendo los colores que vestirán nuestras historias.
Las fibras se cocinan lentamente en grandes ollas, con agua proveniente de sus propias lagunas.
Cada color requiere paciencia y presición para lograr el tono perfecto.
Una vez teñidas las lanas, se lavan cuidadosamente, luego se dejan secar al sol, donde el viento de los andes les da su textura final.
Detrás de cada color hay un proceso, un tiempo y unas manos que lo hicieron posible.
Aquí no hay prisa, solo respeto por lo que hacemos.
Cada hilo en PALLAY es mucho más que una fibra, es un reflejo del tiempo, la dedicación y el legado de nuestras tejedoras altoandinas.