Alejarse del ruido de la ciudad y adentrarse en el corazón de la cordillera de los Andes es abrir la puerta a una experiencia única: vivir de cerca la tradición textil y la hospitalidad de la comunidad de Challwaccocha.
Al llegar, eres recibido con una sonrisa cálida por Demecia, líder de las tejedoras, junto a su esposo Agustín y otras artesanas de la comunidad, quienes sienten una enorme alegría cuando visitantes llegan a compartir con ellas. Su mundo está rodeado de paisajes maravillosos, aire puro y una paz que solo los Andes pueden regalar.
En la Experiencia PALLAY conocerás su forma de vida sencilla y en armonía con la naturaleza, disfrutando de alimentos naturales como la trucha fresca de las lagunas, el chancho, el pollo, la alpaca y verduras cultivadas en la propia comunidad.
Uno de los momentos más especiales es la pachamanca preparada en el momento, una tradición ancestral donde los alimentos se cocinan bajo la tierra, entre piedras calientes, y que se comparte en comunidad como símbolo de unión y gratitud.
La jornada continúa con la experiencia textil, donde las tejedoras comparten su arte milenario en el telar de cintura. Ellas te enseñan el significado del pallay —los diseños e iconografías que narran historias y sentimientos—, permitiéndote descubrir la riqueza de un saber que ha pasado de generación en generación.
Para cerrar, se realiza un pago y agradecimiento a la Pachamama, una ceremonia ancestral que conecta con la tierra y con la espiritualidad andina, recordándonos la importancia de honrar y cuidar aquello que nos da vida.
La Experiencia PALLAY no es solo una visita: es un viaje hacia la esencia de los Andes, un encuentro con la cultura viva, con la naturaleza y con personas que te reciben como parte de su familia.